viernes, 9 de febrero de 2018

Silencios esquivos


Siluetas bullangueras se albergan
como cabos sueltos en la sangre,
encarnadas en un estallido furibundo
que, con fastidio, quema los parpados.
Sin aliento, el desenfreno comienza,
inquieto y tembloroso, tenuemente promiscuo,
con miedo a perderse en la piel.
Un aturdidor eco de silencios está ausente.
Acción y reacción, con ideas y armas carnales,
sedientas de gritos, derramando gemidos.
Luego la calma, mordiendo cariñosamente
la nostalgia puesta de espaldas,
se esfuma en la ruta del coraje escondido.
Ahora si están colmados los silencios esquivos.

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